Salimos, creo recordar algo pasadas las 9:30 hacia el primer objetivo de la jornada, el Oratorio de Consolació. Empezamos por asfalto, hasta que nos desviamos y comenzamos a rodar por caminos con muy buena pinta, enlazados con algún pequeño tramo de asfalto y llegamos a la subida del Oratorio, donde descansaremos algunos minutos haciendo una pequeña visita por la zona y sus correspondientes fotillos.
Reemprendemos la marcha, comenzamos a bajar y pocos minutos después, antes de llegar a la carretera de Cas Concos, la tragedia hace aparición: en la bajada, la patilla del cambio se me parte (imagino que por una piedra), frenada de emergencia sin lograr para la bici del todo, el cambio se engancha en la rueda y me escupe por el aire, haciendo la croqueta dos o tres veces y la bici supongo que también. Al levantarme, empieza el dolor en el pulgar izquierdo, mala señal. Lo mismo me pasó el año pasado en la bajada de la Jungla, pero en la otra mano. Llega Carlos al rescate, que iba delante y comenzamos a intentar arreglar la bici para volver lo más directo a casa, pero nos damos cuenta que la cadena esta hecha un ocho y la mayoría del tiempo se va saliendo y apenas logro pedalear diez metros seguidos. No queda otra que buscar una cuerda y remolcar hasta el coche, lo más directo que podamos.
Diez kilómetros de "porteo con pita" para dar por finalizada esta accidentada ruta.Por la tarde visita al médico y si, vuelvo a las andadas, misma lesión que la otra vez, esguince en el pulgar, esta vez el izquierdo. A ver cuánto tiempo me cae ahora.
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